Para Colombia ha habido grandes cambios en los últimos años en materia de tributación y políticas fiscales, ya que a causa de la apertura económica bajo la administración del actual gobierno, la firma de los tratados de libre comercio y otros incentivos para los grandes inversionistas y grandes capitales que entran al país a generar empleo y desarrollo económico, como por ejemplo la exoneración de impuestos por 10 años a grandes empresas, con grandes capitales; inicialmente esta política se calificaría como viable para la introducción de recursos a las finanzas públicas y generación de empleo formal, no obstante se ha creado una gran polémica y con razón en las inconformidades de las pequeñas y medianas empresas, que si deben pagar todos sus tributos. Esto afecta la gestión de los gerentes en la medida que dificulta la gestión de competitividad con multinacionales que monopolizan el mercado, y aún más, se suma la exoneración de la carga tributaria para las mismas.
Las pymes son el mayor porcentaje de movilización financiera y base económica para nuestro país, es por esto que deben centrarse todas las energías del apoyo del gobierno en materia tributaria y fiscal para que se sostengan y produzcan ganancia al pueblo, ayudando a que el poder adquisitivo rote y se mantenga.
Cuando observamos los incrementos de impuestos que no compensan con el incremento en los costos de la canasta familiar, siempre podremos destacar un punto desfavorable para las finanzas del ciudadano, pero que aumenta y es un punto favorable para las finanzas públicas, sin embargo, pienso que estos puntos deben ser equitativos para una sana economía dentro de un país.
El manejo del tributo del 4 por mil, es un tema que aunque beneficia notablemente a la reinversión financiera pública, el incremento en sus fondos, también se debe reconocer que son políticas que no incentivan al ahorro y a la utilización de las entidades financieras, lo que aprieta más el bolsillo del contribuyente.
Hoy leí una de las noticias que sobresalían en la revista dinero, “Les va muy bien a las corporaciones financieras y a los bancos extranjeros. Mal a las compañías de financiamiento comercial. Las utilidades de los establecimientos de crédito a septiembre sumaron $5,1 billones” no obstante los datos preocupantes que se arrojan, donde es de resaltar en las cifras de la Superintendencia Financiera, la drástica reducción en las utilidades del BCSC (-59%), que no obstante ha reducido paulatinamente el tamaño de su déficit. En agosto la pérdida era 64% superior a la del mismo mes del año anterior. Los líos del BCSC están de un lado en la provisión de contingencias judiciales y en la decisión de no moverse de su mercado objetivo de las pequeñas empresas y de las personas naturales con menores ingresos. También mostraron pérdidas Colpatria (-23%) y Bancolombia (–6%)[1].
Es cada vez más comprensible que ante el fenómeno de la globalización, todo se impregne de ella y de sus efectos, ya que las entidades financieras tampoco son la excepción, y los efectos de los tributos obviamente afectarían a quienes poseen menos recursos para cumplir con sus obligaciones.
Se sabe que el presupuesto para el siguiente año, puede bajar considerablemente de acuerdo a los efectos de la crisis que se reflejarían en las declaraciones del próximo año, donde pese a las circunstancias de déficit los colombianos adheridos al régimen común deben cumplir con todas sus obligaciones pese a sus circunstancias.
Cabe igualmente anotar que el gobierno ha favorecido también a las personas de escasos recursos, con los pagos, subsidios, y bienes o servicios que se exoneran de ser declarados, al igual que el modo de régimen simplificado que beneficia al pequeño microempresario.
Así mismo, se debe reconocer también un punto que activa la economía, ya que se ha logrado estabilizar la devaluación, logrando en el presente año los índices más bajos de inflación en los últimos 54 años, esto según el banco de la república, es positivo para la economía y la inversión en el país, como para los intereses que cobran los bancos en los prestamos, ya que por falta de esta estabilidad, los bancos no se atreven a bajar las tasas de interés por medio a tener perdidas en la constante fluctuación de sus tasas.
En conclusión, todas estas políticas es un constante reto para el actual administrador, exigiendo así cada vez de sus habilidad, capacidad y astucia para el direccionar una empresa en pro de las situaciones venideras en una economía cambiante y globalizada que genera mayores utilidades a las grandes inversiones, provocando que inviertan más en el país, con beneficios tributarios y económicos para los inversionistas que se arriesguen a invertir en nuestro país, asegurando a largo plazo una sana economía base para la ayuda y sostenimiento de los pequeños y medianos microempresarios.
Todo en pro de aportar para una economía mejor subsidiada por parte del estado, donde sus alcances de beneficios y consecuencias que repercuten aun en temas como la salud, pensiones, educación, y todo lo que ayuda al mejoramiento de la calidad de vida del contribuyente en nuestro país.
Dentro de los beneficios tributarios que han buscado beneficiar a nuestro país, se debe destacar también los beneficios que se prestan al sector hotelero y turístico que incentiva el consumo y la economía en general para los bellas regiones de nuestro país, esto aumenta la inversión del extranjero, beneficia tributariamente a las empresas que se presten para ello y mientras esto sucede mejora la imagen de nuestro país en el extranjero.
[1] http://www.dinero.com/edicion-impresa/negocios/banca-y-seguros/utilidades-entidades-credito-crecen-23_65356.aspx
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