Para hablar de discriminación he citado el presente artículo el cual plasma las nuevas formas de discriminación que actualmente se reflejan en la sociedad y que no necesariamente están ligadas a la diferencia racial.
Según Londoño, “En el mundo actual se encuentran nuevas formas de discriminación que no necesariamente están ligadas a la raza y entre ellas se pueden contemplar las doctrinas dogmáticas, sistemas políticos excluyentes, conductas, actitudes y comportamientos hacia una persona o colectividad bajo el falso paradigma de relaciones de inferioridad
Se puede decir entonces que en nuestros tiempos interpretar el concepto, nos debe llevar a ser lo suficientemente libertarios con el fin de mostrar lo más ampliamente posible, que la discriminación es un sentido o incapacidad de aceptar al otro tal como es, es decir con su forma de pensar, sentir y actuar; ignorando desde luego su cosmovisión, negándose a aceptar las diferencia, que lleva como resultado el desencadenamiento de acciones de irrespeto de la dignidad de la persona.
Entre este grupo de personas que sufren la discriminación e intolerancia encontramos: las mujeres y niñas; los migrantes, desplazados y refugiados; población negra, indígena y demás grupos étnicos, campesinos, el antisemitismo; discriminación contra los árabes y musulmanes etc.
Un concepto ampliamente aceptado sobre la discriminación lo encontramos en el artículo 1° de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, al definirla en los siguientes términos: “la discriminación es toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública o privada”.
De acuerdo al artículo sobre las diversas formas de discriminación, podemos observar como en nuestro país, en medio de múltiples cambios, adelantos tecnológicos, multiculturalismos presentes en todas las esferas de nuestra sociedad, aún somos participes de prácticas discriminatorias que generan detrimento a la evolución social necesaria para el progreso.
Para hablar de discriminación no se necesita literalmente hablar de maltrato físico hacia los de diferentes grupos étnicos o raciales, también puede existir discriminación por múltiples factores que discrepan en alguna manera con nuestros aspectos, ideologías o afinidades; y si bien podemos considerar cualquier tipo de discriminación como antivalor, ya que es una manifestación de injusticia que otorga violación a los derechos fundamentales de los individuos que son víctimas de prácticas discriminatorias.
En nuestro país, siendo aún calificado por ser una región donde el calor humano se refleja en la interacción social de sus ciudadanos a diferencia de otros países de Europa, aún se albergan rasgos de discriminación racial, que nunca han dejado de existir y realmente creo no dejaran de existir, pues siempre hay personas dispuestas a no involucrar la prudencia ante su intolerancia, su soberbia y su ímpetu de estigmatizar a todo aquel que no esté dentro de su calificación de persona aceptable.
En nuestro país también se observan otros tipos de discriminación por ideologías, afinaciones políticas, sectarismos de filosofías que aún en muchas ocasiones sus compartidarios no logran comprender totalmente, haciendo una guerra de otros como propia; esto lo podemos observar en muchas noticias que a diario se publican por los medios de comunicación, donde la discriminación (no racial) se manifiesta por múltiples causas que aunque triviales para unos, se posicionan como causa de disgregación a muerte para otros. Aún desde la infancia se puede observar como dentro de determinados grupos escolares se discriminan y marginan adolescentes por no vestir a la moda, por tener gafas, por quizá tener un estilo “propio” de vida que en general a nadie daña ni amenaza.
A qué se debe este fenómeno que lleva en detrimento a la humanidad y que podemos hacer desde nuestro entorno inmediato?
En un mundo donde la guerra se expande con bombardeos, ataques nucleares o muertes a fusil, como lo vemos entre los países árabes por la diferencia religiosa, la estigmatización de los musulmanes, la discriminación geográfica y territorialista, etc. Es fundamental analizar la fuente de aceptación y tolerancia que hace a unos seres humanos más calmados, pacientes y pacíficos que otros en este aspecto, cuando encontramos la fuente que genera aceptabilidad a todos los seres humanos por diferentes que sean en cualquier área del a vida, podemos decir que esta persona demuestra amor y cordialidad, una de sus ramificaciones, hacia los demás, que quizá ha logrado controlar lo que otros les hace reaccionar explosivamente y con violencia o desprecio ante otro ser diferente o no aceptable dentro de mi percepción de agrado.
Si habláramos de causas para tal efecto, podríamos hallar que siempre habrán causas y factores que influyen para hacer permisiva la reacción discriminatoria, unos lo pueden calificar como cultura (los musulmanes se inmolan por ideología), educación, factores psicológicos de agresividad e intolerancia, patrones que reaccionan violentamente por carencias individuales de aceptación y/o afecto familiar o grupal; pero que en todas sus estancias llevan a una misma conclusión y es la carencia de lineamientos de aceptación y amor en cualquier etapa de su vida.
Por lo que es necesario que desde las instituciones educativas de básica estudiantil, universidades, organizaciones públicas gubernamentales, estamentos privados de gobierno y empresas, se adopte una cultura social de valor que se refleje bajo diferentes conceptualizaciones dentro de todas las nuevas técnicas sociales, grupales y organizacionales para generar un ambiente de trabajo, estudio y/o familiar apto para el desarrollo de progreso y bienestar.
Cuando se hacen participes de grupos que bajo la imposición de sus ideales políticos, sociales y/o culturales oprimen a otros, se están haciendo participes de algún tipo de discriminación. Se ha confundido la libertad de la libre expresión con la violación a la libre voluntad de elección y se pretende posicionar una verdad individual como una verdad única colectiva y en la medida que un individuo no acepte, cualquiera que sea su motivación, se ejerce coacción a su bienestar en cualquier área dependiendo el grado de jerarquía que maneje el grupo discriminatorio.
La importancia del presente análisis, pienso que recalca la trascendencia del tema discriminatorio cuando lo dejamos de calificar meramente como distinción racial, y lo que podemos hacer desde nuestro entorno inmediato es inicialmente analizar nuestro comportamiento interno que se refleja hacia nuestro entorno social, y en qué medida hemos ejercido algún tipo de discriminación por género, aptitud, personalidad, ideología política, comportamiento, filosofía de vida y/o creencia religiosa; y en qué medida estamos dispuestos a adoptar un comportamiento tolerante, empático y diplomático que conlleve a nuestro trabajo, estudio, familia y ciudad un ambiente óptimo para que las estrategias de progreso y desarrollo logren dar resultado.
Solo en ese momento donde podamos ver en la diferencia del otro una aporte de riqueza social para el desarrollo de sinergia colectiva, podemos decir que no somos participes de ningún tipo de discriminación.
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