Hoy les escribo en base a información relevante, la cual llega a mis manos a través del colegio donde estudian mis hijos, el cual para mi es motivo de orgullo por su ardua labor en la construcción de valor y moral en la juventud de hoy con base en la excelencia y el éxito de sus procesos "Colegio Comercial de Palmira" OTEH. cada semana llegan a mis manos sus "veritas" con información que creo es pertinente compartir con ustedes mis amados lectores, por lo que creo que en el link de interés seguiré escribiendo el aporte que ello genera para nuestra vida en todos los ámbitos: familiar, laboral, social, individual e institucionalmente.
en primer lugar me parece pertinente compartir sobre "LA FAMILIA", ya que es el ente que conforma la sociedad, donde recaen los principios, paradigmas, estereotipo y derroteros con que el joven o individuo en general se enfrenta a la vida y su interacción con la sociedad.
LA PARTICIPACIÓN DEL ENTE FAMILIAR
La familia nace y se desarrolla cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad y alegría el papel que le ha tocado desempeñar en el núcleo familiar.
Al hablar de familia podemos imaginar a un grupo de personas felices bajo un mismo techo y entender la importancia de la manutención, cuidados y educación de todos sus miembros, pero descubrir la raíz que hace a la familia el lugar ideal para forjar los valores, es una meta alcanzable y necesaria para lograr un modo de vida más humano, que posteriormente se transmitirá naturalmente a la sociedad entera..
El valor de la familia va más allá de los encuentros habituales e ineludibles, los momentos de alegría y la solución a los problemas que cotidianamente se enfrentan. el valor nace y se desarrolla cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad y alegría el papel que le ha tocado desempeñar en la familia, procurando el bienestar, desarrollo y felicidad de todos los demás.
Formar y llevar a la familia en un camino de superación constante no es una tarea fácil. las exigencias de la vida actual pueden dificultar la colaboración e interacción porque ambos padres trabajan, pero eso no lo hace imposible, por tanto, es necesario dar orden y prioridad a todas nuestras obligaciones y aprender a vivir con ellas. debemos olvidar que cada miembro cumple con una tarea específica y un tanto aislada de los demás: papá trabaja y trae dinero, mamá cuida hijos y mantiene la casa en buen estado, los hijos estudian y deben obedecer.
Es necesario reflexionar que el valor de la familia se basa fundamentalmente en la presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, con disponibilidad al diálogo y a la convivencia, haciendo un esfuerzo por cultivar los valores en la persona misma, y así estar en condiciones de transmitirlos y enseñarlos. en un ambiente de alegría toda fatiga y esfuerzo se aligeran, lo que hace ver la responsabilidad no como una carga, sino como una entrega gustosa en beneficio de los seres más queridos y cercanos.
Lo primero que debemos resolver en una familia es el egoismo: mi tiempo, mi trabajo, mi diversión, mis gustos, mi descanso... si todos esperan comprensión y cuidados ?quién tendrá la iniciativa de servir y dar comprensión? si papá llega y se acomoda como sultán, mamá se encierra en su habitación, o en definitiva ninguno de los dos está disponible, no se puede pretender que los hijos entiendan que deben ayudar, conversar y compartir tiempo con los demás.
La generosidad nos hace superar el cansancio para escuchar esos problemas de niños ( o jóvenes) que para los adultos tienen poca importancia; dedicar un tiempo especial para jugar, conversar o salir de paseo con todos el fin de semana; la salida a cenar o al cine cada mes con el conyugue...La unión no se plasma en una fotografía, se va tejiendo todos los días con pequeñps detalles de cariño y atención, sólo así demostramos un auténtico interés por cada una de las personas que viven con nosotros.
Otra idea fundamental es que en casa todos son importantes, no existen logros pequeños, nadie es mejor o superior. se valora el esfuerzo y dedicación puestos en el trabajo, el estudio y la ayuda en casa, más que la perfección de los resultados obtenidos; se tiene el empeño por servir a quien haga falta, para que aprenda y mejore; participamos de las alegrías y fracasos, del mismo modo como lo haríamos con un amigo...Saberse apreciado, respetado y comprendido, favorece a la autoestima, mejora la convivencia y fomenta el espíritu de servicio.
Sería utópico pensar que la convivencia cotidiana extuviera exenta de diferencias, desacuerdos y pequeñas discusiones. la solución no está en demostrar quién manda o tiene la razón, sino en mostrar que somos comprensivos y tenemos autodominio para controlar los disgustos y el mal genio, en vez de entrar en una discusión donde por lo general nadie queda del todo convencido. todo conflicto cuyo resultado es desfavorable para cualquiera de las partes, disminuye la comunicación y la convivencia, hasta que poco a poco la alegría se va alejando del hogar.
Es importante recalcar que los valores se viven en casa y se transmiten a los demás como una forma natural de vida, es decir, dando ejemplo. para esto es fundamental la acción de los padres, pero los niños y jóvenes, con ese sentido común tan característico, pueden dar verdaderas lecciones de cómo vivirlos en los más mínimos detalles.
Pensemos que todo a nuestro alrededor cambiaría y las relaciones serían más cordiales si los seres humanos se preocuparan por cultivar los valores en familia. cada miembro, según su edad y circunstancias personales sería un verdadero ejemplo, un líder en el ramo, capaz de comprender y enseñar a los demás la importancia y trascenencia que tiene para sus vidas la vivencia de los valores, los buenos hábitos y las costumbres.
¨Para que una familia sea feliz no hace falta calcular el número de personas necesarias e indispensables para lograrlo, mientras en ella todos participen de los mismos intereses, compartan gustos o aficiones y se interesen unos por otros.
Podríamos preguntarnos ?cómo saber si en mi familia se están cultivando los valores? si todos dedican parte de su tiempo para estar en casa y disfrutar de la compañía de los demás, buscando conversación, convivencia y cariño, dejando las preocupaciones y el egoísmo a un lado, sin lugar a dudas la respuesta es afirmativa.
TODA FAMILIA UNIDA ES FELIZ SIN IMPORTAR LA POSICIÓN ECONÓMICA; LOS VALORES HUMANOS NO SE COMPRAN, NI SE OBLIGAN, NACEN DEL EJEMPLO Y DEL AMOR QUE LOS IMPLANTA. NO EXISTE FAMILIA PERFECTA, PERO SI AQUELLAS QUE LUCHAN Y SE ESFUERZAN POR LOGRARLO!.
By: Luis Carlos Tenorio Herrera - Presidente O.E.T.H.
Publicado por: Marly Sol Saavedra de Lobo Gines - Gerente M.C.O.I.
By: Luis Carlos Tenorio Herrera - Presidente O.E.T.H.
Publicado por: Marly Sol Saavedra de Lobo Gines - Gerente M.C.O.I.
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